sábado, 29 de junio de 2019

Guerra Fría y Guerra Revolucionaria en Argentina décadas 1960-1970

Entrevista a Jorge Fernández Zicavo publicada por el periódico digital español "El Diestro", el 29/06/2019. Nota: En esta reproducción el entrevistado ha hecho algunas correcciones formales.

El Blog TERMIDORIANOS fundado por usted en 2009 está especializado en historiar la trágica década 1970 argentina. ¿Cuál era el contexto internacional, continental y argentino en aquellos años?

El contexto internacional estaba condicionado por una “guerra fría” entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Era “fría” porque descartaba un enfrentamiento militar directo entre ambas potencias; pero ni el Acuerdo Truman-Stalin de 1945 ni la posterior “coexistencia pacífica” en sus etapas Eisenhower-Kruschev (1955) y Nixon-Brézhnev (1971) evitaron enfrentamientos indirectos mediante otras guerras “calientes” que les beneficiaran. Así lo hizo la Unión Soviética en África (convulsionada por guerras de liberación nacional en las colonias inglesas, portuguesas, francesas y belgas), enviando al Ejército cubano a las guerras civiles de Angola, Etiopía y Mozambique. En Angola la campaña del Cuerpo Expedicionario de las FAR cubanas duró dieciséis años (1975-1991) durante los cuales movilizó un total de 260.000 efectivos a los que Fidel Castro llamaba cínicamente “brigadistas voluntarios”. Esta espectacular “Operación Carlota”, indica la extraordinaria importancia geopolítica que la URSS daba a su colonia americana a cambio de sufragar su paupérrima economía y suministrarle armas y petróleo. Por no hablar de los 42 misiles nucleares instalados en 1962 sin tan siquiera comunicárselo antes a Castro, que se enteró cuando los estaban descargando en el puerto. Ese mismo año Cuba había enviado artillería y 686 “brigadistas” a Argelia; y en 1973, enviaría otra "Brigada" a la guerra del “Yom Kippur” contra Israel, aunque en ambos casos los argelinos y los egipcios decidieron no utilizarlas.

Obviamente, el contexto latinoamericano también fue un escenario de la “guerra fría”. La Unión Soviética atacó el “patio trasero” de Estados Unidos por intermedio de lo que llamaba “Nuestro portaviones del Caribe”, que ya en 1959, tras tomar Castro el poder, había comenzado a exportar su Revolución a países caribeños (Santo Domingo-Haití) y centroamericanos (Panamá-Nicaragua) transportando en sus buques a guerrilleros de esos países entrenados y armados en la isla “Territorio Libre de América”. Oficiales y suboficiales del Ejército Cubano (FAR) integraron algunas de esas fuerzas invasoras, tal como ocurrió en las de Panamá y Santo Domingo. Posteriormente, Cuba alentaría, entrenaría y financiaría terrorismo, guerrillas rurales y urbanas en Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Brasil, Chile, Uruguay y, por supuesto, en la emblemática Argentina del “Che” Guevara.

De esta manera, por intermedio de Cuba la URSS patrocinó guerras “insurgentes” en el subcontinente americano. Durante la “guerra fría”, salvo excepciones como el apoyo financiero a una guerrilla angoleña enemiga de los cubanos, y la Contra nicaragüense organizada por la CIA, Estados Unidos no utilizó tropas mercenarias en África y América Latina. Se concentró en operaciones de Inteligencia en Europa, especialmente contra la OTAN. Las únicas guerras directas de ambas potencias fueron las de EE.UU. (además de Corea en los años ’50), en Vietnam del Sur (1965-75) y de la URSS en Afganistán (1979-89). Ambas catastróficas, como es sabido.

El contexto argentino cuando triunfó la Revolución Cubana (1959) era de una desestabilización política-institucional crónica desde 1955, año en que las Fuerzas Armadas derrocaron a Perón y proscribieron toda actividad política y sindical a su Movimiento, a lo que el ex presidente constitucional respondió desde el exilio con una “Resistencia” que combinaba atentados terroristas y huelgas generales organizadas por su poderosa Confederación General del Trabajo. Un posterior Gobierno constitucional (Frondizi, 1958) ganó las elecciones gracias al voto de los peronistas pactado con Perón a cambio de legalizar al Movimiento, pero en cuanto ocupó la presidencia, Frondizi no cumplió su promesa y Perón radicalizó la “Resistencia”. En este escenario inestable, un pequeño grupo peronista (UTURUNCOS) influenciado por la teoría castro-guevarista del “foquismo”, pretendió en 1959 iniciar un “foco” guerrillero en los montes de Tucumán que fue rápidamente desbaratado.

Posteriormente (1963), dentro de una Operación planificada por el “Che” (entonces Ministro de Economía) y apoyada logísticamente por Checoslovaquia, la República Democrática Alemana y Argelia, otro grupo (EGP) : EJÉRCITO GUERRILLERO DEL PUEBLO, integrado por dos oficiales y un general del Ejército cubano más unos pocos ex militantes del Partido Comunista argentino (que siempre se opuso a la “lucha armada”), intentó abrir otro “foco” en la provincia de Salta, pero fueron capturados antes de operar.

En 1967 se produciría un hecho de enorme trascendencia. En agosto se celebró en La Habana la Conferencia de la OLAS (Organización Latinoamericana de Solidaridad) donde todas las izquierdas latinoamericanas acordaron iniciar la Guerra Revolucionaria en sus países bajo la consigna de Fidel Castro “Convertir la cordillera de los Andes en la Sierra Maestra de América”. Para dar una idea del carácter estatal de la Conferencia, basta decir que fue inaugurada por el Presidente de la República Osvaldo Dorticós y clausurada por el Jefe del Estado y “líder supremo” Fidel Castro. Asistieron a la misma 326 militantes de las izquierdas nacionales. Resumiendo: se acordó fundar un Ejército de Liberación Nacional (ELN) continental que quedaría bajo la comandancia del “Che” Guevara cuando éste finalizara su campaña guerrillera en Bolivia que, por supuesto, preveían victoriosa. La Conferencia se inició leyendo un Mensaje del “Che” lanzando la consigna “Crear dos, tres, muchos Vietnam contra el imperialismo yanki”. Como es sabido, dos meses después (9 de octubre) fue capturado y ejecutado. Tras la OLAS se fundaron las “organizaciones armadas” argentinas que operarían combinando terrorismo, guerrilla urbana y rural desde 1969 hasta su aniquilación a finales de 1977; aunque hubo tres acciones terroristas residuales en 1978 y otras tres en 1979.

Abordemos ahora la Guerra Revolucionaria Argentina 1969-1979

En 1969 las flamantes “organizaciones armadas” iniciaron operaciones de terrorismo y guerrilla urbana. Un grupo conocido como “el francés” que luego se denominaría FAL (Fuerzas Argentinas de Liberación) copó un vivac dentro de una Guarnición del Ejército para robar 700 fusiles. Audaz acción de comando que resultó fallida porque las armas habían sido trasladadas. Las FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias) fundadas en La Habana durante la OLAS, incendiaron trece supermercados de la cadena Minimax (propiedad de Rockefeller). El PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores) participó en las motines de obreros y estudiantes universitarios conocidos como "el cordobazo", y el grupo peronista DESCAMISADOS asesinó al secretario general de la poderosa Unión Obrera Metalúrgica y líder peronista, Augusto Timoteo Vandor. Gran parte de los miembros de FAL. FAR y PRT eran ex militantes del Partido Comunista. En 1970 la Organización MONTONEROS secuestró y luego asesinó al ex teniente general y ex presidente “de facto” Pedro Eugenio Aramburu que había participado en el Golpe de 1955 contra Perón. Ese mismo año el PRT fundó su EJÉRCITO REVOLUCIONARIO DEL PUEBLO (ERP).

Desde 1969, hasta finalizar la Guerra Revolucionaria en 1979, hubo un trepidante accionar terrorista-guerrillero urbano y rural que no es posible reseñar en su totalidad pero el lector podrá hacerse una idea con estos datos computados por la Causa 13/1984 que juzgó y condenó a las Juntas Militares que gobernaron, mediante un Golpe de Estado, entre 1976 y 1983.

5.225 atentados explosivos /1.052 atentados incendiarios /1.748 secuestros /1.501 asesinatos /2.402 robos de armamento /551 robos a bancos /5890 robos de vehículos / 36 robos de explosivos /20 copamientos de localidades /45 copamientos de unidades militares, policiales y de seguridad /80 copamientos de fábricas… etc.

También debe citarse el derribo de un avión Lockheed C130 de la Fuerza Aérea y el ataque con explosivos a una Fragata de la Armada. Finalmente, cabe mencionar el intento del ERP de establecer una “zona liberada” en Tucumán mediante una guerrilla rural para conseguir reconocimiento internacional. Como era de esperar, tras adaptarse a este tipo de guerra mediante una estrategia adecuada, el Ejército Argentino la derrotó en menos de un año.

¿Cuáles serían las conclusiones o resumen de aquellos años?

1. El proyecto de una guerra revolucionaria no tenía posibilidad de prosperar porque no había ni condiciones objetivas ni subjetivas. Ni el régimen burgués-capitalista estaba colapsando por una crisis terminal, ni Argentina era homologable al resto de países latinoamericanos. En las décadas 1960-70 tenía la Renta Per Cápita más alta de América Latina, bajos índices de inflación y desempleo y el 75% de su población era urbana y con una fuerte presencia política-cultural de las clases medias. Para colmo, su clase obrera era peronista, y por lo tanto, anticomunista. ¡Ni yankis ni marxistas... Peronistas! fue una popular consigna de los sindicatos. Finalmente, no había masas campesinas miserables reclamando tierras y Reforma Agraria como en Rusia, China, Vietnam o Cuba.

2. Ninguna Revolución puede triunfar con una vanguardias sin masas. Grotesca obviedad que los mesiánicos “comandantes” de las sectas armadas no tuvieron en cuenta. Lenin dedicó un librito llamando “enfermedad infantil del comunismo” al ultra-izquierdismo que por un exceso de romanticismo y voluntarismo omnipotente subestima la realidad y sobrestima sus fuerzas. Por lo visto, los pedantes intelectuales marxistas argentinos no lo leyeron.

3. La decisión de aniquilar la subversión en todo el territorio nacional (1975) fue tomada por el Poder Ejecutivo del Gobierno constitucional presidido por María Estela Martínez; y sus Decretos ordenando a las Fuerzas Armadas entrar en Operaciones fueron validados por todos los partidos en el Congreso de la Nación. Por lo tanto, las FFAA se limitaron a cumplir las órdenes de la Jefatura del Estado, tal como establecen las constituciones de todas las naciones democráticas donde impera el Estado de Derecho.

La opción de ejecutar a los prisioneros terroristas-guerrilleros y desaparecer sus cadáveres, fue la única posible para el Gobierno y FFAA porque, tras la Amnistía de los “presos políticos” ordenada por el presidente neo montonero Héctor Cámpora en 1973, que puso en la calle a 300 terroristas que inmediatamente retomaron la “lucha armada”, resultaba impensable continuar un círculo vicioso de cárcel-amnistía. El Estado no volvería a cometer aquel error y, en consecuencia, debía dar una “solución final” a siete años de una guerra revolucionaria o insurgente de apátridas subordinados a dos Estados extranjeros que agredían a la Nación. La República Argentina no sería una segunda Cuba, ni una Colombia con un “Doble Poder” de las castristas FARC en una parte de su territorio. En 1974, el tres veces presidente constitucional Perón, había pedido por radio y televisión al pueblo argentino y al Ejército:

“Aniquilarlos… Exterminarlos uno a uno para el bien de la República”

Respecto a las cifras de “desaparecidos”, la primera lista confeccionada por CONADEP (Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas) creada a instancias del presidente Alfonsín en 1984, se publicó en su libro-informe NUNCA MÁS dando la cifra de 8.961 casos denunciados por familiares; basándose en su palabra, puesto que, obviamente, al no haber cadáveres no podían probar que fueron asesinados; lo cual generó un sinfín de picarescas crematísticas. La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (ONU) recibió 5.566 denuncias. La Comisión Interamericana de DDHH (OEA) 5.580. El ex montonero Luis Labraña declaró que al solicitar fondos a un Organismo de DDHH en Holanda con una cifra “estimada” entre 3.700 a 4.700 desaparecidos, los holandeses les dijeron que no era propia de un Genocidio, por lo cual, él y la presidenta de las “Madres de Plaza de Mayo” Hebe de Bonafini la aumentaron 30.000. Algunos generales, entre ellos Videla, calcularon unos 7.000 casos. Posteriormente los nada sospechosos Néstor Kirchner y Cristina Fernández revisaron el listado CONADEP reduciéndolo de 8.961 a… 6.415.

Por lo tanto, resulta evidente que la cifra de 30.000 desaparecidos es un arma de propaganda política sin soporte documental. A ello hay que añadir que cada ex detenido-desaparecido que luego haya sido liberado, así como los familiares de primer grado de un desaparecido, cobraron 224.000 Dólares. Lógicamente, el hijo de padre y madre desaparecida cobraba el doble. La cuantía total abonada hasta el presente (la identidad de los perceptores no se facilita ni siquiera a los diputados) se calcula en 1.800.000.000 (mil ochocientos millones) de Dólares. Para que los lectores españoles se hagan una idea, en la década 1980 con 240.000 Dólares se podían comprar 2 apartamentos en los mejores barrios de Buenos Aires. Digamos, como los madrileños de Salamanca o Chamartín.

Por último, debe mencionarse el caso de las víctimas civiles, militares y policiales del terrorismo marxista, de las cuales, ni los familiares de los asesinados o caídos en combate ni las víctimas que sobrevivieron a atentados han sido reconocidas como tales ni indemnizadas. Son 1.200 víctimas mortales y 18.000 afectadas de varias maneras por el terrorismo izquierdista. Hasta hoy la existencia de estas víctimas del Terrorismo contra el Estado y la población civil es oficialmente ignorada. Son protagonistas invisibles de aquella década, testigos inoportunos para gobiernos, partidos y prensa. Unos “aguafiestas” cuya tragedia y testimonios contradicen el cómodo y rentable Relato oficial consolidado durante treinta y cinco años que sólo reconoce víctimas de lo que llaman Terrorismo de Estado. Omitiendo que fue todo lo contrario: Contraterrorismo de Estado.

lunes, 8 de octubre de 2018

"Día del Soldado Formoseño". Manipulación orwelliana de la Historia argentina


Aniversario 5 de octubre de 2018.
Gobernador de Formosa, Gildo Insfrán y General de División Claudio Ernesto Pasqualini


Jorge Fernández Zicavo

Por tratarse de un evento siempre polémico, expondré mi interpretación de las ceremonias que rememoran anualmente el ataque llevado a cabo el 5 de octubre de 1975 por el Ejército Montonero (fuerza armada concebida y estructurada para llegar a ser un ejército regular), al Regimiento de Infantería de Monte 29 ubicado en la Provincia de Formosa. Una Operación, bautizada "Primicia", que tenía como objetivo copar el RIM 29 para apoderarse de su arsenal, y que dejó un saldo de doce militares asesinados a quemarropa cuando estaban desarmados: un subteniente, un sargento y diez soldados conscriptos. A continuación, cuando los demás efectivos del Regimiento reaccionaron ante un ataque-sorpresa llevado a cabo con tácticas de comandos, causaron igual número de bajas mortales a los atacantes obligándoles a huir llevándose cinco heridos y un magro botín de dieciocho fusiles.

Adelanto mi opinión sobre estas ceremonias celebradas en las instalaciones del RIM 29: son una FARSA moral, histórica y política porque en ellas, gracias a una censura del Ministerio de Defensa y autocensura del Estado Mayor General del Ejército, no se nombra a la Organización terrorista o sediciosa atacante, transformando así un hecho histórico en una fantasmagoría. Y añado: objetivamente, en tanto que protagonistas centrales de la ceremonia, los excombatientes del RIM 29 y familiares de los asesinados que concurren a esas ceremonias esencialmente políticas, las legitiman como tales; aunque sin ser conscientes de ello.

Tal desconcertante y esperpéntica adulteración de la Historia, convierte a estas ceremonias en un acto funcional al Relato elaborado por las organizaciones terroristas que operaron durante la década 1970. Relato o narrativa que omite mencionar sus acciones criminales contra la sociedad argentina y el Estado a lo largo de diez años para no contradecir su condición de "víctimas inocentes del terrorismo de Estado", obteniendo así los terroristas supervivientes la satisfacción de la venganza, y los familiares de sus camaradas ejecutados o muertos en combate indemnizaciones estimadas en 2.000.000.000 de dólares.

Para situar al lector respecto al desarrollo de la ceremonia en la Plaza de Armas del Regimiento resumiré las fases del acto:

Tras un somero resumen del suceso, el Gobernador de la Provincia y el Coronel Jefe del Regimiento (o a veces, el General y Comandante de la Primera División del Ejército al que pertenece el RIM 29) pronuncian sendos discursos, tras lo cual, el Gobernador y el Jefe militar proceden a entregar una medalla a los veteranos ex militares que combatieron a los atacantes y a saludar a los familiares de los doce militares asesinados. Finalmente, un breve desfile pone fin a la ceremonia.

En la reciente, de este año, por primera vez se contó con la presencia de un miembro del Gobierno de la Nación: el secretario de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia, Claudio Avruj, quien, haciendo un oportunista juego de equilibrios ante las interpretaciones que pudiera hacer la Prensa y organizaciones de la izquierda respecto a su presencia, aclaró cínicamente que "también procede condenar el terrorismo de Estado".

Concluida la ceremonia que deja a todos los presentes muy emocionados e incluso exultantes, el inamovible gobernador y señor feudal de Formosa, Gildo Insfrán, volverá a sus asuntos políticos y privados; el general de brigada Claudio Ernesto Pasqualini a renovar sus pleitesías al presidente Macri por haberle ascendido y nombrado Jefe del Estado Mayor General; los ex militares combatientes sumarán otra medalla a su colección y los familiares de los doce asesinados se sentirán reconfortados por los besos y abrazos del Gobernador y del General que sugieren más obligación protocolaria que sincera emotividad. El espectáculo, diseñado para la prensa y la promoción personal de las autoridades políticas y militares ha terminado, y con ello, la farsa de una ceremonia fuertemente politizada y funcional a la consigna gubernamental de no mencionar la autoría de esos crímenes terroristas pues ello supondría "criminalizar a los militantes populares" de los '70... "justificar la represión genocida de la dictadura militar"... "resucitar la teoría de los Dos Demonios".

Sin embargo, y tal como sucede en algunas tragedias griegas, en estas ceremonias formoseñas sobrevuela sobre la Plaza de Armas un significante censurado y expulsado de la escenificación o espectáculo; un sujeto ayer empírico, y ahora fantasmagórico que nunca es nombrado-convocado a esta catarsis colectiva a pesar de haber sido el principal protagonista y detonante de la tragedia conmemorada. Se trata, claro está, del significante MONTONEROS, que año tras año ha sido reprimido y aludido elípticamente como "banda armada procedente de Buenos Aires" o "grupo agresor que venía de Buenos Aires" y en esta última ceremonia de 2018 "banda paramilitar irregular". Asimismo, esta censura se ha ejercido en las ceremonias llevadas a cabo este año en la Guarnición de Azul, Comando de Sanidad del Ejército y Fábrica Militar de Pólvoras y Explosivos atacadas y copadas sangrientamente por el trotskista Ejército Revolucionario del Pueblo.

Esta manipuladora amputación de la verdad histórica argentina en general, y de los ataques armados de organizaciones subversivas a Unidades del Ejército en particular, constituye un descarado acto de censura (Ministerio de Defensa) y de autocensura (Jefatura del Ejército). Censura y autocensura profundamente inmorales y funcionales al relato histórico CONADEP iniciado en 1984, que continúa siendo Historia oficial bajo el Gobierno de Macri. Estamos por lo tanto, ante una censura semántica y política, funcional a la sutil y troyana guerra cultural marxi-gramsciana, mediante la cual, la izquierda argentina pretende destruir la superestructura (Ideas, Historia, Moral…) de la sociedad "burguesa-capitalista" como fase previa a la toma del Poder e implantación de un Régimen totalitario comunista de Partido Único. Proyecto histórico al que no ha renunciado tras su fracaso revolucionario de los '70. Ni renunciará.





viernes, 13 de julio de 2018

Ejército Guerrillero del Pueblo: "Operación Fantasma" en Argentina


"Cuando el CHE se unió a nosotros me puso una condición: que si triunfábamos, por razones de Estado no le impidiera ir a Argentina a hacer la Revolución. Cuenta con eso, le dije".
Fidel Castro
Entrevistado por el periodista de Clarín, Juan Gasparini, durante la Conferencia de la Organización Mundial del Comercio. Ginebra, 21 de mayo de 1998.

"El único lugar donde no intentamos promover la Revolución fue México. En el resto, sin excepción, lo intentamos. Tratamos de respaldar y desarrollar movimientos revolucionarios armados contra las oligarquías y el imperialismo".
Fidel Castro
Foro de la Asociación de Economistas de América Latina y del Caribe. La Habana, 4 de julio de 1998.



Jorge Fernández Zicavo

Si el foco guerrillero de UTURUNCOS (izquierda peronista, Tucumán, 1959) sólo duró sietes meses y no entró en combate con las fuerzas del Estado, el del EJÉRCITO GUERRILLERO DEL PUEBLO (izquierda marxista, Salta, 1963) también fugaz y sin combates, fracasaría por las mismas causas:
Errónea elección sociológica y política de una zona de operaciones casi despoblada (en el caso del EGP la mayoría de los pocos habitantes vivían del contrabando, por lo cual eran muy desconfiados ante la presencia de forasteros, y posibles delatores para “quedar bien” con policías y gendarmes).
Durísimas condiciones ambientales para urbanitas ajenos a los montes selváticos.
Una pésima organización logística en cuanto al suministro de alimentos...
Resumiendo, ambos proyectos no cumplieron el axioma maoísta para que una guerrilla rural o campesina pueda tener alguna posibilidad de éxito: moverse en el terreno y entre la población como el pez en el agua.

Pero al margen de estas similitudes negativas el EGP salteño se diferenció del UTURUNCOS tucumano por algo fundamental: su foco no fue ideado y organizado por argentinos sino por el gobierno cubano en el marco de su proyecto estratégico Exportar la Revolución. Una estrategia ofensiva y a la vez defensiva (1) resumida en la Declaración de Caracas (2) pactada el 23 de enero de 1959 entre Fidel Castro y el Partido Comunista de Venezuela que el régimen castrista comenzó a ejecutar inmediatamente (16 de abril) invadiendo Panamá, Nicaragua, Santo Domingo y Haití con grupos armados integrados por militares cubanos y guerrilleros nativos.

Con aquella estrategia destinada a “Convertir la Cordillera de los Andes en la Sierra Maestra de América” el megalómano Fidel Castro pretendía ser el Bolívar del siglo XX. Esa Operación subversiva a escala latinoamericana fue bautizada Fantasma.

Para comprender como se llevó a cabo esta agresión militar de la República Socialista de Cuba (3) a la República Argentina mediante el EGP (en la que también, como se verá, participaron otros países socialistas) es necesario hacer una breve introducción a la estructura orgánica de la Inteligencia del régimen castrista.

Génesis y Evolución

Cinco meses después de que Fidel Castro tomara el poder en enero de 1959, llegó a La Habana el coronel del KGB Alexander Ivánovich Alexeiev. (4) ex Primer Secretario de la Embajada de la URSS en Argentina entre 1954 y 1958, con la misión de organizar la Seguridad y la Inteligencia del nuevo Estado “antiimperialista” situado a escasas millas de Estados Unidos que los soviéticos llamaban “nuestro portaviones del Caribe”. Ese urgente establecimiento de relaciones entre el régimen castrista y la URSS, debido a su necesidad (años de Guerra Fría) de alinearse con la potencia enemiga de EEUU y adquirir petróleo, cazas MIG, tanques y artillería, fue gestionado por Raúl Castro, ex militante del Partido Socialista Popular (comunista) que años antes había integrado una delegación invitada a conocer la Unión Soviética.

En 1960, Alexeiev regresó a Moscú y poco después llegaron a Cuba especialistas rusos para dar los primeros pasos organizativos. Al año siguiente se fundó la Dirección General de Seguridad DGS y la Dirección General de Inteligencia DGI encuadradas en el Ministerio del Interior MININT cuyo titular era el comandante Ramiro Valdés Menéndez, uno de los fundadores del Movimiento 26 de Julio y de su Ejército Rebelde.

La DGS era responsable de la seguridad personal de la élite dirigente, la Policía, la Gendarmería, las prisiones y el control político de la población: correo postal, escuchas telefónicas, etc.

La DGI, de las operaciones en el exterior, contrainteligencia, control de los funcionarios de embajadas y apoyo a organizaciones revolucionarias del continente. La suma de ambas Direcciones Generales era conocida como G2.

La DGI (que en 1965 sería reestructurada por Markus Wolf, Director de la STASI: Ministerio para la Seguridad del Estado de la República Democrática Alemana), fue puesta bajo el mando del comandante de las FAR y viceministro del Interior, Manuel Piñeiro Losada “Barbarroja”, que durante dos décadas supervisaría todas las operaciones de “Fantasma” en América Latina como máximo responsable del Departamento Frente Liberación.


Manuel Piñeiro Losada "Barbarroja" junto al "Che" y el jefe de su custodia Horacio Peña Torres "Hermes"

Posteriormente el Frente Liberación pasó a llamarse Departamento América y a depender políticamente del Comité Central del Partido Comunista, manteniéndose Piñeiro como su jefe operativo.

Del Departamento América dependía el Departamento Escuelas Especiales que gestionaba los campamentos de instrucción militar PETI (Preparación Especial de Tropas Irregulares) donde se entrenaban los “revolucionarios” que luego operarían en sus países. En total había veintiuna escuelas-campamentos divididas por nacionalidades, donde se impartían cursos sobre guerrilla urbana y rural, uso de diferentes armas, explosivos, secuestros, falsificación de documentos, técnicas de seguimiento y contra-seguimiento en ciudades, etc. Los PETI fueron organizados por los coroneles del KGB, Vadim Kochergin y Víctor Simonov.

La mayoría de los futuros guerrilleros argentinos y uruguayos se entrenaron en el PETI Punto Cero ubicado en Guanabo. Este Punto Cero era (sigue siendo) una ciudadela o zona cero de La Habana custodiada por tropas del Ministerio del Interior donde residía la élite del régimen: los hermanos Castro, Guevara, ministros, generales y miembros del Comité Central del Partido Comunista. Otros argentinos y uruguayos se entrenaron también en el PETI Centro Minas de Frío, en la Sierra Maestra. Había gran variedad de PETIS, uno de ellos, por ejemplo, dedicado a entrenar a voluntarios para combatir en Vietnam.



Argentinos en el campamento Punto Cero

De los argentinos que viajaron a Cuba para recibir entrenamiento en los PETI se transcribe a continuación el testimonio del jefe de Inteligencia del ERP, Arnold Kremer “Mattini”.

Llegar a Cuba para hacer un curso militar era una odisea. Viajábamos de Argentina a Francia y en el aeropuerto de Orly hacíamos un transbordo que nos conducía a Praga, donde con un pasaporte falso abordábamos un avión de Cubana de Aviación que nos llevaba a La Habana. Lo fundamental en esos viajes era que no quedara rastro alguno en el pasaporte sobre nuestro paso por países de la órbita socialista. Nuestra entrada en Checoslovaquia era clandestina. La Inteligencia checa permitía que contactáramos con la embajada cubana para que nos dieran “luz verde” para la continuación del viaje.(5)

Por estos campamentos pasaron algunos que luego serían mundialmente famosos, como el mexicano Rafael Sebastián Guillén, “Subcomandante Marcos”; el peruano Abismael Guzmán, “Presidente Gonzalo”; el venezolano Illich Ramírez, “Chacal” y el francés Regis Debray que en 1967 integraría la guerrilla del “Che” en Bolivia.

Retomando el caso EGP, y como ya se ha mencionado, en esa agresión armada de la República Socialista de Cuba a la República Argentina participaron los Servicios de Inteligencia de tres países: la Argelia del socialismo árabe y las repúblicas socialistas de Alemania oriental y Checoslovaquia.

Que la agresión mediante el EGP fue planeada y ejecutada por el gobierno cubano quedó ampliamente probada por los siguientes datos:

El proyecto EGP fue concebido por el entonces ministro de Industria, Ernesto Guevara Lynch, que se pondría al frente de las operaciones en suelo argentino cuando el foco se hubiera consolidado. Hasta entonces la guerrilla estaría al mando del periodista argentino y agente cubano desde que fundara la Agencia Oficial de Noticias Prensa Latina, Jorge Ricardo Masetti “Comandante Segundo”. Debido a esta espera, la Operación fue bautizada Penélope.


Masetti



Esta intervención del ministro Ernesto Guevara Lynch basta para probar que la guerrilla EGP constituyó una agresión armada de la República Socialista Cubana a la República Argentina. Y no sólo por el rango gubernamental del “Che”, sino también porque Penélope fue monitoreada desde La Habana por el mencionado viceministro del Interior y comandante de las FAR Manuel Piñeiro Losada “Barbarroja”. Y por si esto fuera poco, en territorio boliviano y argentino operó el general de las FAR y jefe de Contrainteligencia Militar, Abelardo Colomé Ibarra “Furry”. Es decir: dos altos mandos de las Fuerzas Armadas que durante décadas entrenarían y armarían guerrillas y bandas terroristas en una docena de países latinoamericanos. Años después del EGP, Colomé Ibarra sería nombrado Ministro del Interior, ascendido a General de Cuerpo de Ejército y promovido al Comité Central del Partido Comunista. Asimismo, tres oficiales de las FAR pertenecientes a la custodia personal del “Che” integraron la tropa del EGP: uno en La Paz para comunicarse con el “Che” por intermedio de Piñeiro y dos en Salta como responsables militares.


Abelardo Colomé Ibarra "Furry"

A continuación se resume el inicio, desarrollo y final de la Operación Penélope utilizando fuentes citadas en la nota (6)

En la primera semana de noviembre de 1962, tras recibir entrenamiento militar en La Habana bajo la supervisión de Piñeiro “Barbarroja” y ser despedidos por el “Che”, Masetti y su estado mayor viajaron a Praga. El grupo estaba integrado por:

General Colomé Ibarra “Furry”.

Los oficiales cubanos miembros de la custodia del “Che”, capitán Horacio Peña Torres “Hermes” y teniente Juan Alberto Castellanos “Alberto”.

Ciro Bustos “Laureano”: argentino de la máxima confianza del “Che”, que en 1967 también integraría su guerrilla boliviana.

Los argentinos y agentes del Frente Liberación Federico Evaristo Méndez, “Teniente Federico” y Leonardo Julio Werteim, “el Médico”.

Tras unas semanas de duro entrenamiento físico, a finales de diciembre viajaron hacia Argel haciendo una escala de varios días en París. Una vez en Argel (1 de enero de 1963), debieron esperar cuatro meses en una casa clandestina de la Inteligencia argelina porque la red logística establecida en Bolivia todavía no daba “luz verde”.

El 10 de mayo, viajaron a Sao Paulo, Brasil (con escala en Roma) camuflados por los argelinos como miembros de una misión comercial. Desde Sao Paulo, “Furry”, Masetti y “Hermes” volaron hacia La Paz. Los otros viajaron en tren.

Allí les esperaba la argentina Haydée Tamara Bunke Bider “Tania” (Buenos Aires, 1937. Hija de padre alemán y madre polaca emigrados a Argentina). En 1952 la familia se radicó en la República Democrática Alemana. En 1955 “Tania” ingresó en el Partido Socialista Unificado de Alemania (Partido Comunista) y poco después fue reclutada por la STASI. A finales de 1960 conoció al “Che” durante una gira oficial de éste por la RDA, la Unión Soviética y otros países socialistas. En mayo de 1961 viajó a La Habana para “conocer de cerca la Revolución” y debido a sus conocimientos de alemán, francés, inglés y ruso, trabajó en el Ministerio de Educación y en el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos. En 1963 ya era una agente de la Inteligencia cubana (Frente Liberación), aunque manteniendo su enrolamiento en la STASI en el marco de la “solidaridad revolucionaria internacionalista”. Escogió el nombre de guerra “Tania” en homenaje a una legendaria guerrillera soviética ahorcada por los alemanes durante la invasión de Rusia en 1941.

Haydé Tamara Bunke Bider “Tania”

Antes de que los egepistas salieran de Cuba, “Tania” se había establecido en La Paz para captar militantes comunistas dispuestos a alojarlos unos días en sus casas y organizar una red de apoyo logístico y reclutamiento, siendo ayudada en estas tareas por el capitán de las Tropas Especiales del MININT y también integrante de la custodia del “Che”, José María Martínez Tamayo “Papi”, cuya misión era asegurar las comunicaciones entre Masetti y Piñeiro.

En cuanto el grupo proveniente de Argelia arribó a La Paz, se alojó en las casas conseguidas por “Tania” y posteriormente en un campo de cinco hectáreas llamado Sidras (comprado por el teniente Castellanos en un viaje anterior), junto a un riacho llamado Emborozú (Dpto. de Tarija) que desagua en el río Bermejo. Allí, vestidos con ropas verdes oliva de tipo militar y borceguíes que les habían facilitado los argelinos, levantaron un vivac alejado de la casa de la finca diciendo a los pobladores de la zona que eran... “ingenieros dedicados a estudiar el cultivo de soja”, pero como les vieron haciendo instrucción militar con fusiles, también dijeron ser... “aficionados a la caza”. Los lugareños llamaban a esa finca “La casa de piedra”. (7). Bolivia tenía entonces un Gobierno constitucional presidido por Víctor Paz Estenssoro.

La casa de Piedra

Simultáneamente a esos entrenamientos, Ciro Bustos viajó a Córdoba, Mendoza y Buenos Aires para crear células de apoyo logístico y reclutamiento. En Córdoba organizó una con militantes expulsados del Partido Comunista agrupados en torno a la revista Pasado y Presente fundada por José María Aricó y Oscar del Barco; y otra en Buenos Aires con los también expulsados del PC, Juan Gelman, Juan Carlos Portantiero y José Luis Mangieri. Asimismo, reclutó a Mario Roberto Santucho, del trotskista Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). En estos viajes le acompañaba el general Colomé Ibarra “Furry”.

Debido a su extensión, no es posible detallar aquí otra ambiciosa Operación del “Che” complementaria a la del EGP, que debía desarrollarse en Perú con una guerrilla al mando de Hugo Blanco, quién para entonces había roto sus relaciones con los trotskistas argentinos del PRT fracción Palabra Obrera, liderados por Hugo Bressano “Nahuel Moreno” y adherido al foquismo de los cubanos.
Dicha Operación, que fue desarticulada por la policía peruana antes de que comenzaran a accionar, le fue confiada por el “Che” al ex uturunco Miguel Ángel Bengoechea “el vasco” quién, tras el fracaso del proyecto peruano, se puso a organizar el previsto foco tucumano del EGP que la derrota en Salta haría imposible. Estos datos demuestran que la Operación Penélope incluía tres frentes nacionales simultáneos (Argentina, Bolivia y Perú), acorde con la estrategia continental de la Operación Fantasma. Los peruanos ya habían recibido un cargamento de armas enviado por Piñeiro.

El 21 de junio, tres guerrilleros de “La casa de piedra” entraron en Salta para explorar la zona selvática de Yuto.

El 3 de julio, mientras el EGP estaba en Bolivia preparando su infiltración en territorio argentino, el “Che” encabezó la delegación cubana que visitó Argelia con motivo del Primer Aniversario de su Independencia, siendo recibido en el aeropuerto por el presidente Ahmed Ben Bella.


El 23 de septiembre, Masetti y sus nueve guerrilleros cruzaron el río Bermejo e ingresaron en Salta.

El 12 de octubre, asumió la presidencia de Argentina el candidato de la Unión Cívica Radical, Arturo Humberto Illia, lo cual generó dudas en el EGP respecto a si debía continuarse la Operación, pero Masetti ordenó seguir adelante.

En enero de 1964 Masetti distribuyó una demagógica carta a los campesinos salteños diciéndoles que... “nosotros también somos trabajadores explotados como ustedes” y convocándolos a incorporarse a la lucha contra... “los ricos y los patrones”. (8)

El 4 de marzo, gendarmes de Orán, Salta, capturaron a siete egepistas, incluido el teniente cubano Alberto Castellanos y dos argentinos que resultaron ser infiltrados de la DIPA (División Investigaciones Políticas Antidemocráticas) de la PFA: Alfredo Campos “el Pintor” y Víctor Eduardo Fernández “el Pedicuro”.

De Izqda a Dcha argentinos Federico Frontini y Oscar del Hoyo, teniente cubano Juan Alberto Castellanos y el infiltrado de la DIPA, Víctor Eduardo Fernández

Mirando a cámara, el teniente Juan Alberto Castellanos

El 13 de abril, la Gendarmería localizó en La Quiaca el arsenal que les había llegado desde Cuba (lanzacohetes rusos RPG, subfusiles Thompson, fusiles FAL y granadas) capturando allí a cinco egepistas.

El 18 de abril, se produjo en las proximidades del río Piedras un enfrentamiento armado entre el capitán cubano “Hermes” y efectivos de Gendarmería resultando muerto el gendarme Juan Adolfo Romero.

El 19 de abril, un Alférez, un Sargento y un Gendarme abatieron en una emboscada a “Hermes” y al argentino Jorge Guille que le acompañaba.

El 20 de abril, fueron capturados Juan Héctor Jouvé “el Cordobés” y Carlos Bandoni “Carlitos”.

En los primeros días de mayo fueron encontrados en la selva los cadáveres de dos guerrilleros que según la autopsia habían muertos por hambre: el chileno Marcos Szlachter y el argentino Diego Magliano Allen. También fueron halladas las fosas de otros dos, fusilados por querer desertar: Adolfo Rotblat “Pupi” y Bernardo Groswald “Nardo”.

Pocos días después, fue desarticulada en la capital de Salta y de Córdoba toda la red logística. La Operación Penélope había terminado.

Sin embargo....

El 21 de julio de 1964, tres meses después de su derrota, el EGP volvería a ser noticia al explotar un arsenal de su célula porteña ubicado en el Departamento 108 de un edificio en la calle Posadas 1168, de la Capital Federal; un arsenal compartido con las FARN (Fuerzas Armadas de la Revolución Nacional) fundada por John William Cooke en La Habana. Como consecuencia de la espectacular explosión (150 kilos de pólvora negra) murieron un matrimonio con sus dos hijos pequeños, otro vecino no identificado en la prensa y cinco terroristas: "el vasco" Ángel Bengoechea y los miembros de las FARN Carlos Guillermo Schiavello, Raúl Reig, Lázaro Saúl Feldman y Hugo Pelino Santilli. También murió el bombero de la PFA, Enrique Gorlier, cuando intentaba localizar más heridos o muertos bajo los escombros. Como ya se ha mencionado, integraban esa célula porteña del EGP, Mario Roberto Santucho, su mujer Liliana Delfino y los ex militantes del PC, Juan Carlos Portantiero (sociólogo) y José Luis Mangieri, fundador de la editorial marxista La Rosa Blindada.

(Portadas de Clarín, ampliar con un Clic)









EPÍLOGO

Masetti y otro guerrillero argentino de apellido Altamirano se adentraron en la selva y nunca más se supo de ellos.

El general Colomé Ibarra “Furry” huyó a la Patagonia y se las ingenió para regresar a Cuba y continuar su brillante carrera en la élite del régimen: tras dirigir importantes misiones de Inteligencia en América Latina, África y Europa, fue nombrado Viceministro de las Fuerzas Armadas; luego, Director de la Contrainteligencia Militar y finalmente Ministro del Interior hasta octubre de 2015, año en que presentó su renuncia y pasó a retiro. Actualmente tiene 79 años.

El comandante Piñeiro Losada “Barbarroja” continuó al frente del Departamento América del Comité Central del Partido Comunista hasta 1997, muriendo al año siguiente en un accidente de tráfico.

El cadáver del capitán Peña Torres “Hermes” fue exhumado en 2005 en el cementerio de Orán y enviado a Cuba por Néstor Kirchner a petición de Fidel Castro.

El teniente Juan Alberto Castellanos fue condenado a cuatro de cárcel, pero las autoridades ignoraban su verdadera identidad porque utilizaba documentación robada a un universitario peruano. En 1968 fue puesto en libertad y expulsado del país. Posteriormente combatió varios años en Angola hasta alcanzar el grado de Coronel, tras lo cual fue destinado a Nicaragua como asesor militar.

El capitán José María Martínez Tamayo “Papi”, regresó a Bolivia en 1966 para preparar la llegada del “Che” y su tropa. Murió en combate el 30 de julio de 1967.

Ciro Bustos huyó a Uruguay. En 1966 se unió a la guerrilla del “Che” en Bolivia hasta que fue detenido y condenado a 30 años de prisión. Amnistiado en 1970, se radicó en Mendoza, pero al saber que le buscaba la Triple A se refugió en Suecia como asilado político. Residió allí hasta su muerte en 2017.

Federico Evaristo Méndez “Teniente Federico”, fue condenado a cadena perpetua pero en 1973 quedó en libertad por la Amnistía de Cámpora, tras lo cual ingresó en la banda terrorista Fuerzas Armadas Peronistas (FAP).

“Tania” viajó a La Habana siguiendo la ruta de Praga y en 1965 acompañó al “Che” en su esperpéntica aventura congoleña. En 1966 regresó a La Paz (con pasaporte argentino a nombre de “Laura Gutierrez Bauer”) para participar en el tercer y definitivo fracaso de Guevara. Con una audacia que demostraba sus notables cualidades para el espionaje, contrajo matrimonio con un estudiante boliviano para tener mejor cobertura y se dedicó a dar clases de idiomas en sus domicilios a niños de la alta sociedad, lo que le permitió acceder nada menos que a las casas de los presidentes René Barrientos y Alfredo Ovando. Murió el 31 de agosto de 1967 durante un combate con tropas del Ejército.

El “Che” Guevara fue capturado y ejecutado el 9 de octubre de 1967.
Su guerrilla en Bolivia (junto al río Ñancahuazú, Dpto. de Santa Cruz), tenía el mismo objetivo estratégico del EGP: establecer una zona liberada que abarcara el sur boliviano, el norte salteño y el noroeste tucumano. Una vez consolidada esa franja argentina, intentaría extenderla hacia Formosa y el Chaco paraguayo. La diferencia entre su guerrilla del EGP y la boliviana de 1967, fue que la primera debía iniciarse en Argentina y expandirse a Bolivia, mientras que en la segunda (debido al fracaso de Masetti) decidió invertir el orden. Como es sabido, fue abandonado a su suerte por un Partido Comunista boliviano humillado por esa “guerrilla extranjera” implantada en su país sin su conocimiento; y por Fidel Castro, que en un momento dado retiró de La Paz al oficial de enlace que se ocupaba de las comunicaciones con La Habana (el ya mencionado capitán Martínez Tamayo “Papi”).

Ambas experiencias del “Che” Guevara (a las que en 1965 añadió el desastroso intento de intervenir con una guerrilla cubana en la guerra civil de El Congo), demostraron el fracaso de su simplista, dogmática y voluntarista teoría foquista extrapolada automáticamente de la singular e irrepetible experiencia cubana. Un fracaso que, incomprensiblemente, fue silenciado por las izquierdas que después se lanzaron a iniciar guerrillas rurales y urbanas ignorando las “condiciones objetivas” y las advertencias de Lenin sobre el izquierdismo: enfermedad infantil del comunismo. En la guerra revolucionaria que ensangrentó Argentina en la década 1970, las trágicas consecuencias para los propios guerrilleros-terroristas, sus víctimas civiles y las fuerzas del Estado, alcanzarían espantosas cifras de muertos.

Este ha sido, al igual que en todos los países latinoamericanos que tuvieron guerrillas y terrorismo castro-guevarista contra el Estado y la población civil, el siniestro legado del inepto, narcisista y paranoico “Comandante de América” que la izquierda argentina sigue teniendo como referente mitológico sin el menor atisbo de autocrítica política y revisión histórica, y sin pedir perdón por haber sido mercenaria de la Cuba castrista que entre 1963-1977 agredió, desestabilizó y ensangrentó a su nación.

Por último, también debe incluirse en este balance la incomprensible tolerancia de todos los gobiernos argentinos con las sistemáticas agresiones subversivas cometidas por la Cuba castrista contra la República, a pesar de que durante la VIII Reunión de la OEA convocada a petición de Colombia (Punta del Este, enero de 1962, presidencia de Frondizi), había sido expulsada del Tratado Interamericano de Asistencia (militar) Recíproca.

Y a pesar también, de que durante la IX Reunión (21 julio de 1964; el mismo día de la explosión en la calle Posadas) celebrada en Washington a petición de Venezuela y donde incluso se mencionó "el legítimo derecho de responder con la fuerza armada a las agresiones e intervenciones de Cuba", el gobierno de Illia votara a favor de su expulsión y ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales.

En 1973, el gobierno pro-montonero de Héctor Cámpora restablecería unilateralmente esas relaciones, que la desconcertante dictadura militar de El Proceso mantuvo vigentes mientras aniquilaba las organizaciones terroristas que seguían operando para la estrategia cubana.


NOTAS

1
Como ocurrió con las “madres de todas las revoluciones” (la Francesa de 1789 y la Rusa de 1917), es ya un axioma, que un régimen revolucionario sea atacado por coaliciones militares de otros países para reimplantar en el Poder al régimen depuesto. Es decir, que en estos casos, en los que emerge un régimen enemigo del sistema que conforma el Status Quo continental (o mundial), esos regímenes se ven obligados a iniciar una guerra defensiva y ofensiva. La Francia revolucionaria burguesa fue invadida por los ejércitos de Austria, Prusia y España para restauran la monarquía de Luis XVI; y los nuevos gobernantes revolucionarios, tras derrotarlos, respondieron con una guerra ofensiva por toda Europa para “exportar” su revolución.

Asimismo, el nuevo régimen bolchevique de 1917 fue inmediatamente atacado por los ejércitos blancos del almirante Kolchak, del general Denikin, del general Yudenich, del teniente general Krasnov, la guerrilla anarquista ucraniana de Néstor Majnó y la poderosa Legión checoslovaca. Todo ello, en el marco de una espantosa guerra civil que duró tres años y finalizó con la victoria del Ejército Rojo creado por Trotsky.

Tal como se demostró en 1961, con el desembarco en la Playa Girón (Bahía Cochinos), de una fuerza militar de opositores cubanos encuadrados por la CIA, la Revolución Cubana no sería una excepción.

2
Ambas partes acordaron:

- Que la mayoría de los países de América Latina tendrán que recorrer un camino no pacífico para alcanzar su liberación.

- La perspectiva socialista de la Revolución latinoamericana.

- La necesidad de coordinar la solidaridad a escala continental y mundial.

- La importancia internacional de la victoria de la Revolución Socialista de Cuba y la ineludible tarea de defenderla.

- Que el deber de un revolucionario es hacer la Revolución.

3
El carácter socialista de la Revolución Cubana fue proclamado oficialmente por Fidel Castro el 16 de abril de 1961 en respuesta a la fracasada invasión anticastrista en Bahía Cochinos. Dado que el Régimen castrista no se dotó de una Constitución socialista hasta 1976, hasta entonces Cuba era consideraba una Democracia Popular.

4
Entre 1954 y 1958 Aleksander Alexeiev fue Primer Secretario de la Embajada de la URSS en Argentina. Entre 1962 y 1968, Embajador en Cuba. Por ser bilingüe ruso-español, durante la Guerra Civil Española había supervisado a los traductores militares rusos.


5
Entrevistado por Guillermo Rojas y publicado en su libro “Años de Terror y Pólvora” p.731

6
-Archivos del autor.
-Ciro Bustos: “El sueño revolucionario del CHE era Argentina”. Ruta: Google/PDF/Archivo Chile.
-Recopilación bibliográfica en el Blog "Diario Pampero"
-Años de Terror y Pólvora”, Guillermo Rojas, Editorial Santiago Apóstol, 2001

7
La Casa de Piedra

8
Carta de Masetti a los campesinos

jueves, 28 de junio de 2018

UTURUNCOS: intento fallido de una guerrilla peronista





Jorge Fernández Zicavo

En 1958, Perón (entonces exiliado en Ciudad Trujillo, Santo Domingo, tras el Golpe de Estado militar de la Revolución Libertadora que le derrocó en 1955), había roto su Pacto electoral (1) con el presidente Arturo Frondizi (vencedor en las elecciones del 23 de febrero de 1958 gracias a los votos peronistas), tras conocerse que se otorgaría la comercialización del petróleo nacional a compañías de EEUU.

En enero de 1959 la Confederación General del Trabajo (CGT) desencadenó una oleada de huelgas por todo el país, siendo la más relevante la protagonizada por el Frigorífico Nacional “Lisandro de la Torre” que se quería privatizar. Rompiendo su Pacto con Perón, Frondizi respondió a estas huelgas y a los atentados terroristas cometidos por grupos de la Resistencia Peronista, aplicando el PLAN CONINTES (Conmoción Interna del Estado) para reprimir el accionar subversivo que la Resistencia había iniciado desde la presidencia del golpista general Aramburu y el fallido alzamiento militar contra éste, liderado por el general peronista Juan José Valle en 1956.


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La huelga general de la CGT fracasó y centenares de sindicalistas fueron encarcelados. Para entonces, ante el caos que ya desde 1958 imperaba en los comandos terroristas del peronismo formados espontáneamente en todo el país tras el Golpe de Estado de 1955, Perón había ordenado al general peronista Miguel Ángel Iñíguez que los integrara en un Mando Único denominado Comando de Orientación de la Resistencia (COR).

Dado el fracaso de esa huelga insurreccional, Perón reemplazó a su delegado en Argentina John William Cooke (entonces exiliado en Caracas tras fugarse del penal de Río Gallegos) por el dirigente sindical metalúrgico Alberto Campos. De todas maneras, Perón ya tenía desacuerdos con Cooke por sus relaciones con el trotskista argentino Hugo Miguel Bressano (“Nahuel Moreno”) y con el anarquista español y comandante de guerrillas durante la Guerra Civil Española, Abraham Guillén.

En este contexto, entra en escena un singular personaje llamado Claudio Tomás Adiego Francia. Involucrado en varios atentados terroristas ocurridos durante el Gobierno de Aramburu, había huido a Bolivia y fundado en Cochabamba una Asociación de exiliados peronistas dedicada a difundir la doctrina justicialista entre los obreros, mineros y campesinos de ese país. Posteriormente organizó comandos en varias ciudades bolivianas que puso a disposición de Juan Lechín Oquendo, líder sindical minero de ideología trotskista que entre 1960 y 1964 sería vicepresidente de Bolivia durante la presidencia de Víctor Paz Estenssoro.

En 1957, tras producirse un atentado explosivo en la embajada argentina en La Paz que la Secretaría de Inteligencia del Estado argentina (SIDE) adjudicó a los comandos de Francia, éste se refugió en Chile y luego regresó a Argentina para integrarse en una Resistencia Peronista renovada: la “Segunda Resistencia”. En la provincia de Buenos Aires organizó un grupo terrorista y montó una fábrica de explosivos en Ciudadela (Oeste del Gran Buenos Aires).

Durante la ya citada huelga general de enero de 1959 contra el Gobierno de Frondizi, el grupo de Francia y los comandos del COR del general Iñíguez realizaron centenares de atentados explosivos por todo el país durante dos años. Entre esos atentados (más asaltos a bancos y asesinatos) destacaron dos por su indiferencia ante la presencia de personas inocentes: el 16 de febrero de 1960 dinamitaron un depósito de la SHELL MEX ARGENTINA en el barrio Villa Bustos de la ciudad de Córdoba, que contenía 3.000.000 de litros de nafta y 400.000 de gasoil: entre trabajadores del depósito y peatones hubo 13 muertos y decenas de heridos con espantosas quemaduras. Poco después, en la noche del 12 de marzo, dinamitaron la vivienda del capitán del Ejército David René Cabrera, en La Lucila, Gran Buenos Aires, ocupada por su esposa y cuatro hijos con edades entre seis meses y cinco años, muriendo en el acto la pequeña Guillermina, de tres años y resultado gravemente herido su hermano Gerónimo Luis, de cinco. La DIPA (División de Investigaciones Policiales Antidemocráticas) de la PFA, atribuyó este atentado a los terroristas de Francia.

Paralelamente a este accionar de Francia y los comandos del COR, Cooke (entonces exiliado en Caracas), estaba organizando con la ayuda del mencionado Guillén, un “foco” guerrillero para operar en la zona selvática que rodea al cerro Cochuna, Departamento de Chicligasta, Provincia de Tucumán.

La jefatura estratégica de este “foco” estaba a cargo de Cooke en Caracas y la táctica del veterano terrorista peronista Enrique Manuel Mena en Tucumán. En julio de 1959 algunos de los reclutados para esta guerrilla recorrieron la zona estudiando su topografía, y en octubre, ocho de ellos, encuadrados en un “Comando Insurreccional Perón o Muerte” (CIPOM), se internaron en los montes del cerro Cochuna y levantaron un campamento de dos carpas. Para los ocho sólo había un subfusil PAM, una pistola y un revólver, pero como sostiene una famosa premisa guerrillera, "las armas se obtienen del enemigo".

Dos semanas después asaltaron los destacamentos policiales de Las Banderitas y de Alto Verde para aprovisionarse de más armas, y luego hicieron lo mismo en el destacamento de la Policía Ferroviaria en San Miguel de Tucumán. Gracias al factor sorpresa, esos audaces operativos resultaron ser relativamente fáciles.

Esta ínfima guerrilla o partida de bandoleros, se dio a conocer con el pretencioso nombre de “Ejército de Liberación Nacional" - "Movimiento Peronista de Liberación”, aunque serían bautizados UTURUNCOS porque uno de sus fundadores utilizaba ese “alias" o "nombre de guerra”. En la mitología quechua uturunco significa “hombre puma”. El 7 de noviembre, la policía tucumana localizó el campamento (abandonado) del cerro Cochuna; pero cuando los agentes se retiraban, toparon sorpresivamente con tres guerrilleros y los detuvieron.


Mientras tanto, en Santiago del Estero un grupo de jóvenes peronistas estaban siendo entrenados por un ex miembro de la Gendarmería Nacional que había operado durante la Primera Resistencia, llamado Félix Francisco Serravalle (“Comandante Puma”). Entre estos reclutas, algunos habían sido aportados por el COR del general Iñíguez. En diciembre, los cinco uturuncos tucumanos que quedaban de aquel grupo de ocho, se reunieron con los uturuncos santiagueños de Serravalle para copar la Jefatura de Policía de Frías, Santiago del Estero, con el mismo objetivo de conseguir armamento. El operativo de Frías fue llevado a cabo sin mayores dificultades en la Nochebuena del 24 de diciembre y pudieron desarmar a una Guardia integrada por siete agentes y un oficial.

Posteriormente, esos cinco uturuncos tucumanos regresaron al cerro Cochuna, pero tras varios días sin comer nada y desmoralizados por la indiferencia y desconfianza hacia ellos de los pobladores y peones rurales la zona, se entregaron a las patrullas policiales. De aquellos uturuncos tucumanos y salteños sólo lograron romper el cerco sus jefes Serravalle y Mena; pero el 2 de abril de 1960 Serravalle fue capturado en Concepción, Tucumán, y tres semanas después le ocurrió lo mismo a Mena, que sería condenado a siete años de prisión.

Ante aquel demoledor fracaso, Cooke (y su esposa Alicia Eguren que estaba en Montevideo organizando un envío de armas a los uturuncos) huyeron a La Habana.

En cuanto a Mena, en 1962 se fugó del hospital penitenciario del Chaco y viajó a La Habana, donde se entrevistó con el “Che”. En mayo de 1963, regresó a Argentina con un grupo de militantes peronistas entrenados en Cuba y, una vez más, montó un campamento junto al cerro Cochuna. Este grupo de Mena estaba subordinado a Miguel Ángel Bengoechea ("el vasco"), un trotskista argentino que ya había operado en Perú con la guerrilla campesina del también trotskista, Hugo Blanco.

Por lo visto, este reactivado “foco” de Tucumán integrado por uturuncos de Mena y trotskistas de Bengoechea, iba a ser complementario al “foco” cubano-argentino del EJÉRCITO GUERRILLERO DEL PUEBLO (EGP) que en septiembre de ese año 1963 comenzó a operar en Salta bajo el mando del argentino radicado en Cuba, Jorge Ricardo Masetti; pero tras fracasar este “foco” en abril de 1964, Mena y Bengoechea disolvieron su grupo y se trasladaron a Buenos Aires para integrarse a una célula del EGP que se ocupaba de la logística. Dicha célula estaba formada por disidentes del Partido Comunista Argentino (PCA) y algunos trotskistas del PRT, como Mario Roberto Santucho.

(1) El Pacto Perón-Frondizi consistía en poner fin a la intervención gubernamental de los sindicatos y la CGT, derogar los decretos que ilegalizaron al peronismo y devolver a Perón sus bienes personales confiscados por la Revolución Libertadora.

_ _ _ _

Consideraciones finales:

Para la historia de la Guerra Revolucionaria en Argentina, apenas esbozada por la disparatada aventura de los UTURUNCOS en 1959 y que alcanzaría su mayor desarrollo político y militar entre 1969 y 1979, pueden sacarse al menos dos conclusiones:

1- Que en Argentina, incluso en sus regiones rurales más subdesarrolladas y con altos índices de pobreza como era aquella región de Tucuman en 1959, la situación no era lo suficientemente extrema o desesperante como para que sus pobladores estuvieran dispuestos a alzarse en armas y morir ante vagas promesas de "justicia social" ofrecidas por unos jovencitos forasteros de "la ciudad".

2- En consecuencia, la aventurera y elitista teoría cubana del "foco" guerrillero (UTURUNCOS apareció diez meses después de la entrada triunfal de Fidel Castro en La Habana), demostró en Tucumán que no era una "estrategia general" acertada para tomar el poder e implantar el socialismo en Argentina. Ni, como se comprobaría luego, en toda América Latina.

Lo desconcertante, es que, a pesar de que esa estrategia dogmática, voluntarista y romántica había fracasado con los UTURUNCOS, volviera a intentarse en 1963 por el cubano-argentino Ejército Guerrillero del Pueblo (EGP) en Salta: un Plan diseñado por el "Che" Guevara que también preveía un "foco" complementario en Tucumán para más adelante. Al margen de este proyecto, en 1968 las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) lo intentarían en Taco Ralo, Tucumán; y en 1974, lo haría el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), también en ese Tucumán que obsesionaba a la izquierda.

Notables errores, soberbia y falta de sentido común en "militantes" supuestamente marxistas que ignoraron una premisa fundamental de Lenin y de Trotski:

La Revolución sólo es posible en una nación a punto de implosionar debido a una crisis general, insostenible y desesperante para las masas.

Concretamente, sobre esta cuestión hay un célebre pasaje escrito por Lenin en su opúsculo "La enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo":

Con sólo la vanguardia, es imposible triunfar. Lanzar sólo a la vanguardia a la batalla decisiva, cuando toda la clase (obrera), cuando las grandes masas, no han adoptado aún una posición de apoyo directo a esta vanguardia o al menos una neutralidad benévola hacia ella, sería no sólo una estupidez, sino, además, un crimen.


domingo, 13 de agosto de 2017

Montoneros y Erpianos. Del sectarismo a la Secta



Uno de los aspectos menos conocidos de las organizaciones terroristas de izquierda que ensangrentaron la República Argentina durante la década de 1970, es que sus “organizaciones armadas” y/o “político-militares” (particularmente las dos más importantes) acabaron asumiendo, por la propia dinámica de la clandestinidad, características propias de las Sectas: universo cerrado o estanco, un código moral, metalenguaje, uniformidad des-personalizadora, etc.
MONTONEROS implementó una política orgánica respecto a los hijos de “compañeros/as” muertos en combate o capturados-ejecutados por las fuerzas del Estado. Si (en el caso de que sus padres portaran documentos de identidad legales, algo poco frecuente) esos niños habían sido entregados a sus tíos o abuelos, éstos eran visitados por unos “compañeros” que les obligaban a que se los cedieran para vivir con otras parejas de la “Orga” a fin de ser educados en los principios “socialistas” de sus padres y no en los “burgueses” de sus familiares.

En ocasiones, esos niños fueron entregados a parejas montoneras que nunca fueron capturadas, por lo cual, pudieron llevar una vida relativamente normal dentro de lo que la clandestinidad permitía; pero hubo otros casos en los que las guaridas de esos “compañeros-padres adoptivos” fueron localizadas y asaltadas por las fuerzas del Estado. Lo asombroso fue que en estos casos ninguno de esos niños resultó muerto ni herido. Por lo que he podido averiguar al respecto, parece ser que esto se debió que los terroristas los pusieron debajo de las camas, dentro de una bañera, o en cualquier otro sitio donde quedaran fuera de la línea de fuego. Esta apropiación de niños para educarlos en principios o valores diferentes de los del resto de la sociedad, es una característica común a todas las sectas.

El sustrato ideológico que alimentaba esta política orgánica era la consigna mesiánica del “Che” Güevara, "crear un hombre nuevo” bajo los principios de una “moral socialista”. Una quimera nada original, por cierto, pues la había tomado prestada del “hombre soviético” que los comunistas rusos se propusieron modelar a partir del fenómeno estajanovista surgido durante los ambiciosos Planes Quinquenales de Stalin tendientes a convertir a la Rusia feudal y agraria en una potencia industrial.
Por otra parte, la fantasía del “hombre nuevo” ya latía en el socialismo utópico que el francés Étienne Cabet ensayó en sus comunas “icarianas” de Estados Unidos durante el siglo XIX, e incluso, en los Evangelios.

En cuanto al PRT-ERP, el componente sectario fue aún más radical. Los miembros del Partido que ingresaban en su “brazo armado” Ejército Revolucionario del Pueblo, debían alojarse en “casas de seguridad” donde normalmente convivían tres parejas en un "ambiente de comuna” en el que, después de cenar, analizaban las noticias políticas de la jornada y comentaban los soporíferos informes al Comité Central escritos por el comandante Santucho. Asimismo, debían hacer una “autocrítica” de aquellas "conductas burguesas" a las que hubieran sucumbido por carecer de una sólida formación ideológica proletaria. Finalmente, y he aquí lo más siniestro, si una pareja tenía desavenencias debía exponerlas al resto de la célula, quienes aconsejaban medidas correctoras acordes con los principios de la catequesis marxista.

Adenda: No recuerdo quien dijo que "todos los mesiánicos que quisieron crear Hombres Nuevos acabaron exterminándolos".

Jorge Fernández Zicavo

miércoles, 22 de marzo de 2017

La única y trágica "grieta" de la Argentina '70


Cámpora con los dos únicos presidentes latinoamericanos que invitó a su investidura presidencial. Los comunistas Dorticós (Cuba) y Allende (Chile)


Las mentiras políticas son tan grandes, que exigen la reorganización de toda la estructura de los hechos, la construcción de "otra realidad" en la que esas mentiras encajen sin dejar grietas, brechas ni fisuras
Hannah Arendt, Verdad y mentira en la política

Jorge Fernández Zicavo


Pocos aniversarios de la nación argentina son tan polémicos como el Golpe de Estado dado por sus Fuerzas Armadas el 24 de marzo de 1976 contra el Gobierno constitucional presidido por María Estela Martínez de Perón.

Como es bien sabido, el relato canónico y oficial de aquel suceso y de la dictadura a que dio lugar, fue elaborado por la izquierda que desde 1969 pretendió tomar el poder mediante una Guerra Revolucionaria terrorista-militar. Conocemos de sobra el objetivo de ese relato filoterrorista divulgado 24 horas diarias en escuelas y medios de comunicación desde hace treinta y tres años: silenciar su agresión a la población civil y al Estado, convertir a los terroristas victimarios en víctimas del "terrorismo de Estado" y demonizar a las Fuerzas Armadas "genocidas".

Mis refutaciones a ese relato inaugurado en 1984 por la izquierdista CONADEP de Alfonsín y todavía vigente en el Gobierno de un Macri rendido a las corruptas organizaciones de Derechos Humanos y a sus siniestros Parque de la Memoria, Día de la Memoria y Juicios por la Verdad, ya han sido expuestas varias veces en este Blog, por lo cual, sólo haré unos breves apuntes para la ocasión.

1-Produce estupor escuchar a la izquierda actual, heredera y apologista de la izquierda "setentista" alzada en armas contra gobiernos constitucionales para implantar una dictadura comunista de partido único, repudiar a otra dictadura: la militar implantada el 24-M-76.

2-Respecto a los golpes de Estado y dictaduras, no deberían ser repudiados desde criterios jurídicos-formales, pues la Historia enseña que pueden ser negativas (para imponer un régimen totalitario) o positivas (para impedirlo). Ejemplos del primer caso serían las dictaduras de la Unión Soviética, China, Camboya, Corea del Norte, Cuba… o las de Hitler y Mussolini. Del segundo, las dictaduras autoritarias de España en 1936, de Chile en 1973 o de Argentina en 1976 que, tras cumplir su objetivo de aplastar la amenaza comunista, cedieron el poder a gobiernos constitucionales. ¿Repudiaríamos hoy que se hubiera dado un golpe de Estado contra Hitler (incluso, siendo canciller), que muy probablemente habría evitado la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto judío? ¿O contra el genocida Pol-Pot? ¿O contra Fidel Castro, evitando al pueblo cubano seis décadas de dictadura? ¿O contra la monarquía absolutista norcoreana Kim Jong?

3-Sin duda, y como reconoció el general Videla, políticamente el Golpe fue un gran error estratégico pues ya tenían los decretos ordenando la aniquilación de la subversión armada. Asimismo, si dicha aniquilación se consiguió a finales de 1977, fue un error esperar hasta 1983 para restaurar la legalidad republicana. Pero la Historia es la que es, o mejor dicho, la que fue; y lo que quedará registrado para siempre en la historia argentina es que sus Fuerzas Armadas y policiales propinaron al comunismo internacional su mayor derrota política y militar desde la Guerra Civil Española de 1936-1939.

4-No hubo nada ni remotamente parecido a Terrorismo de Estado (tipificación penal o concepto jurídico que no existe en ningún código penal del mundo, ni siquiera en el argentino), como tampoco a los Delitos de Lesa Humanidad, un mantra que se menciona con mala fe o con bochornosa ignorancia del Estatuto de Roma. La condición imprescindible para tipificar determinados delitos como de Lesa Humanidad es que “se cometan como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil”. Añadiéndose a continuación en ese Artículo 7, "de conformidad con la política de un Estado o de una organización de cometer esos actos o para promover esa política". Para el nada sospechoso izquierdista argentino y ex Fiscal General de la Corte Penal Internacional, Luis Moreno Ocampo, por Organización debe entenderse grupos armados no estatales: guerrillas, ejércitos insurgentes, etc. Demás está decir, que en Argentina el Estado no atacó a "la población civil", sino exclusivamente a las organizaciones terroristas que al 24-M-76 llevaban siete años atacando, ellas sí, sistemáticamente, a la población civil opuesta a su ideología marxista: jueces, intelectuales, políticos, periodistas, sindicalistas peronistas ortodoxos, empresarios, ejecutivos y a todo ciudadano considerado un "enemigo del pueblo". Más las "víctimas colaterales" de civiles muertos en sus atentados explosivos en edificios de viviendas, coches-bomba, etc.

5-En consecuencia, también es una grotesca falacia hablar de "represión a los opositores", porque no existió ninguna "oposición" de los partidos políticos. Se clausuraron sus sedes, pero no fueron proscriptos, y muchos de sus dirigentes ocuparon cargos en ministerios, gobernaciones, intendencias y embajadas. Hay anécdotas muy elocuentes al respecto, como la tarde en la que el presidente Videla y algunos políticos se reunieron en la confitería El Molino para "intercambiar opiniones en un ambiente franco y distendido".
O que Arnedo Álvarez, secretario general del Partido Comunista, tenía una custodia de la Policía Federal; a pesar de lo cual, el 24 de marzo de 2006 el PC se atrevió a decir en un comunicado: "Estamos orgullosos de ser un partido que resistió dignamente los ataques de la dictadura". Aquella singular convivencia entre la dictadura militar y los partidos fue calificada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos como "un comportamiento gubernamental… flexible".

6-Vinculada a la falsedad de la "represión" aparece la gran estafa histórica y crematística de los "desaparecidos" que, para no extenderme, resumiré como anexo al Apunte 4.

No hubo "terrorismo de Estado", sino todo lo contrario: contraterrorismo del Estado, contra un terrorismo contra el Estado. Salvo las excepciones que no deben descartarse, y teniendo en cuenta que las operaciones descentralizadas involucraron a varios miles de militares y policías a lo largo y ancho del país, no me cabe ninguna duda, por sentido común y algunas lecturas sobre otros escenarios de guerra revolucionaria, que la gran mayoría de los "desaparecidos", es decir, de los terroristas capturados y ejecutados, eran miembros de las "organizaciones armadas", ya fuera como combatientes o como "militantes" de superficie (sindicales, estudiantiles, etc.) porque en la segunda fase de la Guerra Revolucionaria todos los "militantes" del PRT o del Partido Montonero pasaron a ser, simultáneamente, soldados y oficiales del Ejército Revolucionario del Pueblo y del Ejército Montonero. Es decir: la "militancia" orgánica era polivalente, para impedir que se impusiera una "línea militarista" en detrimento de la política. "El Partido dirige al Ejército" era un axioma del comunismo internacional que se aplicó en las revoluciones rusa, china, vietnamita y cubana.

Cuando en 1975 comenzaron las operaciones de aniquilación decretadas por el Gobierno de María Estela Martínez de Perón, los Servicios disponían de una copiosa información acumulada durante siete años. Y de muchos agentes infiltrados, tal como reconoció Rodolfo Walsh en 1977 al recomendar a la Conducción Nacional de MONTONEROS "disolver todas las estructuras penetradas por el enemigo".
Resumiendo: las fuerzas del Estado no operaron arbitrariamente; sabían a quienes debían capturar y ejecutar.

Respecto a la cifra de desaparecidos, ya es oficial (revisión del informe CONADEP) que fueron 6.000, por lo cual no perderé el tiempo en discusiones aritméticas funcionales al Relato terrorista. En cuanto a la cínica pregunta "¿Dónde están?"... "Todavía los seguimos buscando", que formulan las corruptas organizaciones de Derechos Humanos, o el ex terrorista erpiano Eduardo Anguita en televisión, resulta una grotesca hipocresía pues, tras las decenas de juicios a los "represores" y la Causa ESMA, en particular, es de público conocimiento que, salvo pocos casos de fusilamientos y posterior enterramiento en fosas clandestinas, la metodología generalizada y sistemática para las ejecuciones consistió en matarlos con una inyección de pentotal en los "vuelos de la muerte" y arrojar sus cadáveres al Atlántico.

Finalmente, quisiera refutar al ex terrorista montonero Luis Labraña, quien sostiene que la violencia militar y terrorista de la izquierda durante la década 1970 fue consecuencia de una fractura institucional y social iniciada con el Golpe militar de 1930 y continuada con los de 1955 y 1966. "¿Qué nos ha pasado a los argentinos?" se pregunta.

Pues, lo único “que nos ha pasado a los argentinos” en aquellos años de Guerra Fría, fue lo mismo que a los colombianos, venezolanos, nicaragüenses, salvadoreños, guatemaltecos, peruanos, brasileños, uruguayos y chilenos: haber sido elegidos sus países por el imperialismo soviético para fracturar la hegemonía de EEUU en América Latina mediante terrorismo y guerrillas. Un objetivo estratégico enunciado con brutal franqueza por Fidel Castro: “Convertir la Cordillera de los Andes en la Sierra Maestra de América” y por el “Che” Guevara: “Crear uno, dos, varios Vietnam”.

Para terminar:
La “grieta” o fractura política y social más trágica de la historia argentina después de sus interminables guerras civiles en el Siglo XIX, no se produjo el 24 de marzo de 1976, sino el 25 de mayo de 1973, cuando Cámpora dio vía libre a la segunda fase de la Guerra Revolucionaria. Aquella jornada marcó un antes y un después, fue el suceso más grave y decisivo de la década, la "clave" para comprender y descifrar la tragedia posterior, porque si Cámpora no hubiera indultado a 360 terroristas legalmente presos bajo jurisdicción de la Cámara Federal en lo Penal creada por el "dictador" Lanusse para combatir legalmente al terrorismo, era obvio que también Perón y luego "Isabel" hubieran continuado esa política represiva, manteniendo la actividad terrorista bajo control o a niveles aceptables. Se habría impedido así, que las "organizaciones armadas" consiguieran alcanzar el alto grado de desarrollo militar que les permitió abrir el foco de guerrilla rural en Tucumán, copar seis unidades del Ejército, derribar un avión de la Fuerza Aérea y dinamitar una fragata de la Armada. En mi opinión, quien no acepte la importancia decisiva que tuvo aquel indulto de Cámpora en la Guerra Revolucionaria iniciada en 1969, no comprenderá el proceso dialéctico que en febrero y octubre de 1975 obligó al Estado, entonces bajo un Gobierno constitucional, a ordenar que el Ejército, apoyado por la Armada y la Fuerza Aérea, aniquilaran al Ejército Revolucionario del Pueblo y al Ejército Montonero.



domingo, 29 de enero de 2017

Entrevista a Jorge Fernández Zicavo


Guerra Revolucionaria Argentina ¿una historia de.... o un ensayo sobre...?

Una, abreviada, “historia de”... porque, sorprendentemente, toda la bibliografía sobre la GRA es monográfica: historias o ensayos sobre MONTONEROS o el PRT (Gillespie, Daniel de Santis, entre otros). Biografías políticas, como la de Larraquy y Caballero sobre Galimberti o la de Bonasso sobre Cámpora. Los libros de Reato y Yofre… etc. Llevaba tiempo preguntándome sobre aquella insólita ausencia, hasta que un día me dije: “¿y por qué no la escribo yo? Concebí el libro en la modalidad “divulgación” o “iniciación a…” y, por lo tanto, buscando que fuera ágil, resumido y despojado de toda la terminología “científica” de los textos académicos. Por supuesto, sin menoscabo de respetar la estructura narrativa clásica (antecedentes, inicio, desarrollo, final) y pautas metodológicas (inmanencia, pertinencia, cronología, soporte documental…) de todo libro de Historia.

Mediante autoedición. ¿Lo ofreció a editoriales?

No. Después de dos amargas experiencias ni me molesté en hacerlo. Es verdad, lo que suele decirse: “Publican autores; no obras”. Afortunadamente pude recuperar los gastos de imprenta. Obviamente, salvo raras excepciones hay que olvidarse de obtener beneficios.

También lo publicó en soporte E.book

Sí. Interesante plataforma de difusión. La publicación en AMAZON es gratuita y te dan el 70% del precio de venta. El único gasto (poco, en comparación con el de imprenta) es la maquetación digital.

Dice que la dimensión real de aquella trágica década setenta es ignorada por dos generaciones de argentinos

Así es. Porque esas dos generaciones han sido educadas, manipuladas, “lobotomizadas” desde la infancia por el Relato izquierdista. Desde 1984, durante el Gobierno de Alfonsín (y ahora con Macri) los argentinos han sido sometidos durante veinticuatro horas a un lavado de cerebro planificado y sistemático digno del (paradójicamente) “1984” de Orwell. Lo absorben en la escuela primaria, en la radio y televisión que escuchan o ven en sus casas, en los comentarios de sus padres, en la calle, en boca de sus amigos, en todos los espacios públicos. En la adolescencia el proceso continúa en los colegios secundarios y luego en las universidades. En definitiva, el Relato histórico escrito por los terroristas que, en su condición de mercenarios de la Cuba castrista y de la Unión Soviética durante aquellos años de Guerra Fría, desencadenaron un Guerra Revolucionaria y/o Guerra Civil Revolucionaria y/o Guerra Popular, tras 32 años ya ha sido socializado: asumido e interiorizado como Relato único, por la mayoría del pueblo argentino. Ya es… opinión pública generalizada y “políticamente correcta”. Quien se atreva a refutarlo es considerado un fascista, defensor de genocidas, del terrorismo de Estado contra los "militantes populares", etc. Esta presión ambiental genera una exclusión social y una represión psicológica paralizante en quien disienta, tal como ha ocurrido y ocurre en los regímenes totalitarios. ¡Y todavía hay quienes creen que "1984" es una novela de ciencia ficción! ignorando que fue escrita por un marxista-trotskista muy comprometido (brigadista internacional en la Guerra Civil Española) para denunciar la política de terror y culto de la personalidad desatada por Stalin en la Unión Soviética.

Ante este panorama ¿qué posibilidades hay de revertirlo?

Francamente, muy pocas; pues haría falta implantar como política de Estado un contra-Relato que desprogramara a los ciudadanos tal como ocurre con las personas que son rescatadas de las sectas destructivas o criminales. Y ese contra-Relato debería ser tan sistemático y omnipresente como el actual, y estar activo las 24 horas del día durante otros 32 años; lo cual es impensable, porque ningún partido político estaría dispuesto a contrariar un Relato histórico ya socializado, electoralmente sería un suicidio. El poder social y político que ejerce este Relato único es enorme, y dañino como una plaga o pandemia. Acabamos de ver como Macri y su partido se han rendido a la presión y amenazas de las mafiosas y ultraizquierdistas organizaciones de Derechos Humanos a las que en su campaña electoral amenazó con ponerles unos tibios y vagos “límites” que ni siquiera se atrevió a especificar. Por no hablar de la continuidad de su Gobierno con los de los Kirchner, respecto a las víctimas del terrorismo y a los presos políticos.

En el aspecto formal del libro, llama la atención el ritmo y concisión de la escritura

Me alegra que lo diga porque ese fue el objetivo. Mi concepto estilístico del relato o narrativa histórica está muy influenciado por la síntesis y la sintaxis del periodismo: describir los hechos con oraciones cortas, centrándose en lo esencial. También admiro ciertas gramáticas cinematográficas “objetivistas”. Pero para quien, como yo, no es un escritor profesional, requiere mucho trabajo, agotadoras relecturas y correcciones que, llegado un punto, hay que terminar, sabiendo, claro está, que no has alcanzado la perfección buscada.

En la solapa del libro no menciona ser historiador. ¿Un lapsus?

Nooo (risas). Es porque, por diversas causas, no llegué a licenciarme. De todos modos, para historiar no es necesario tener titulación académica, basta elegir un tema, estudiarlo a fondo y escribir aplicando las reglas metodológicas de esta disciplina. Las facultades de Historia en las universidades europeas, algunas de las cuales tenían para entonces siete siglos de existencia, comenzaron a fundarse recién en torno a 1920. La titulación universitaria sólo confiere un status profesional, gremial, corporativo que habilita para ejercer la docencia o ser contratado como asesor en editoriales, etc. Historiador es quien escribe libros de Historia; de lo contrario, caeríamos en el disparate de decir que no hubo historiadores hasta 1920, dejando fuera a Estrabón, Tucídides, Heródoto, Gibbon, Polibio y otros muchos de la Antigüedad; o a los más cercanos de los siglos XVIII y XIX; o a grandes filósofos de la Historia como Kant o Hegel. Por todo ello, y para no tener que estar dando estas explicaciones "profesionales", nunca digo ser "historiador".

Para terminar, algunas concisas caracterizaciones de las organizaciones armadas

Montoneros

Mercenarios e impostores como “peronistas”. Me refiero, claro está, a la Conducción Nacional, no a la militancia, los llamados “perejiles”. Personajes con oscuro origen, oportunista trayectoria y siniestro final al servicio nada menos que del almirante Massera que ejecutó a unos 5.000 montoneros. Por datos e indicios que sería muy largo exponer, considero verosímil la hipótesis de que nacieron (Aramburu) como mercenarios de agentes de Inteligencia argentinos vinculados in-orgánicamente a la logia masónica italiana Propaganda Due. Carlos Manfroni, investigador del accionar de esta logia en Argentina, no lo duda, y aporta muchos datos y documentos oficiales del Senado italiano, tales como la lista de miembros de la P2 que incluye a Massera junto con López Rega, Lastiri o el general Suárez... ¡Mason! Un ejemplo de esta vinculación inorgánica serían los asesinatos de Aramburu y de Aldo Moro. Por supuesto, Perón también era un "hermano" de la P2, pero como ocurre en todas las logias masónicas, la identidad de determinadas personalidades se mantienen en riguroso secreto. Años antes de ingresar en la P2, estuvo vinculado con la logia masónica brasileña ANAEL, en la que también revistaba López Rega.

PRT-ERP

Como marxistas-leninistas eran doctrinalmente simplificadores, dogmáticos. Incluido Santucho, que pretendió el enloquecido proyecto de reproducir al pie de la letra la experiencia política y militar de los comunistas vietnamitas. El ERP fue encuadrado a semejanza del Ejército Popular creado por el legendario Nguyen Vo Giap que aniquiló al ejército expedicionario francés en la célebre batalla de Dien Bien Phu. Demás está decir, que fueron mercenarios de la Cuba castrista y, por lo tanto, también de la Unión Soviética. La incomprensible y delirante idea de desatar una guerra revolucionaria en Argentina, sin ninguna similitud con las condiciones objetivas de China y Vietnam (invadidas por ejércitos imperialistas, poblaciones analfabetas y campesinas, fuertes y arraigados partidos comunistas, etc.) sólo puede entenderse en el contexto de la “guerra fría” y en la frivolidad de una izquierda tradicionalmente de clase media y despreciada por una clase obrera mayoritariamente peronista, y por tanto, anticomunista.

FAR

Marxistas-leninistas de alto nivel teórico, debido a que la mayoría de ellos provenían del Partido Comunista. Formados militarmente en Cuba para ponerse a las órdenes del “Che” iniciando un foco guerrillero en Salta en cuanto su guerrilla se consolidara en Bolivia, aportaron a Montoneros sus mejores cuadros políticos y militares.

FAP

Peronistas “auténticos”. Izquierda peronista revolucionaria, heredera de la Resistencia contra la Revolución Libertadora que derrocó a Perón en 1955. En términos comparativos con ERP y Montoneros, militarmente operaron poco y la mayoría acabó ingresando en Montoneros. Tenían una difícil relación “fraternal” con el Peronismo de Base (PB) opuesto a la lucha armada.

FAL

También, marxistas-leninistas de alto nivel teórico y similar origen que las FAR: el PC. Pero hubo varios grupos operando bajo la sigla FAL. El más importante provenía del PC, y luego, de su escisión Partido Comunista Revolucionario (PCR). Los grupos FAL funcionaban en Red. A pesar de haber sido la primera “Orga”, operaron poquísimo, porque eran más políticos que militares. Su objetivo estratégico era que todas las organizaciones armadas confluyeran en un único partido marxista-leninista que tomaría el poder mediante una insurrección armada al estilo bolchevique, no mediante una larga guerra revolucionaria o guerra popular. Fueron muy eficientes en atracos a bancos y trenes pagadores para autofinanciarse. Sólo cometieron un asesinato en diez años: el del subcomisario de la PFA, Osvaldo Sandoval, que había torturado hasta la muerte a uno de los suyos tras el copamiento de un vivac en la Guarnición de Campo de Mayo.

Tengo entendido que aporta la mayor información publicada hasta ahora sobre las FAL

En efecto. Por ser la menos conocida de las “Orgas”, hasta el punto de ser llamada “la guerrilla invisible”, despertó mi interés y, tras complicadas gestiones, pude entrevistar a dos de sus miembros, así como a un ex “cuadro” del PCR que me explicó el proceso que derivó en la escisión FAL. El núcleo de las FAL, la rama más importante de la Red, fue el liderado por el médico Luis María Aguirre, que más adelante ingresaría en el ERP como responsable de un Frente sindical y militar con epicentro en la fábrica Peugeot, hasta morir en combate resistiendo su captura.

Por último, Perón... peronismo...

Jaja. Nunca pregunte eso a un argentino, porque terminará ingresando en una clínica psiquiátrica. Encontrará tantos millones de definiciones como de ciudadanos. Como decía con ironía mi querido amigo ensayista, literato e historiador Horacio Vázquez Rial, “¿Por qué no nos dejamos de joder y asumimos que sociológica e históricamente todos somos peronistas? Peronistas de izquierda, de centro, de derecha, radicales peronistas, socialistas peronistas, democristianos peronistas, católicos peronistas, agnósticos peronistas….”
Es que, como dice la única estrofa históricamente irrefutable de la Marcha Peronista… “Ese gran argentino que se supo conquistar a la gran masa del pueblo...”

Pero el avatar de la cuenta Twitter del Blog TERMIDORIANOS es una foto de Perón

Por su valor emblemático como contrarrevolucionario y anticomunista que no dudó en ordenar la aniquilación del apátrida terrorismo marxista. No es necesario ser peronista para reconocerle ese mérito. Fue una decisión de gran importancia histórica; propia de un presidente “estadista”. Algo desconocido en Argentina desde, grosso modo, 1914, año en que terminó la presidencia de Roque Sáenz Peña.

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23.01.2017

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